En este mes de agosto la Revista Forbes edición Centroamérica y República Dominicana, reconoce a las 100 mujeres más poderosas y sobresalientes de la Región, en la cual incluye a 10 salvadoreñas, una de ellas es la actual Directora Nacional de Patrimonio Cultural, la Arquitecta María Isaura Aráuz, con quien sostuvimos una entrevista para conocer más sobre su vida y su trabajo al frente de esta delicada labor. Se caracteriza por ser una mujer que enfrenta retos y que los asume con tesón y pasión. Una historia de empoderamiento, que nos anima a continuar luchando por espacios donde las decisiones y el compromiso de las mujeres marquen diferencia. Les invitamos a conocer un poco más de esta sobresaliente mujer.
María Isaura Aráuz, nació en Santa Ana “casualmente” porque ahí se encontraba el ginecólogo que asistía a su madre. Se crió en un hogar muy estable y rico en experiencias culturales, en donde les forjaron fuertemente los principios de solidaridad, respeto y amor por el prójimo. “Nos dieron una formación integral a mi hermano y a mi persona, a ambos nos dejaron en libertad de escoger nuestra carrera”. Una infancia muy grata y plena de ejemplos positivos, respeto entre la pareja, un trato igualitario, un ambiente sano y de mucha fe.
Su carrera le viene de una fuerte influencia de su padre, un artista de la música, cuya formación la realizó en Francia, todo lo que contaba su padre de aquellos viajes, la descripción de la arquitectura llenaron la mente de la joven Maria Isaura, que fue motivada también por los viajes al interior del país que realizábamos familiarmente, conociendo las diversas tipologías de la arquitectura salvadoreña. Fue así como le nació el amor por su carrera.
Ella invita a que las mujeres debemos abrirnos espacios, “Yo pienso que uno debe ser el motor de uno mismo, no hay que apagar la luz de nadie para brillar, y tampoco se trata de brillar, se trata de trabajar, ser ejemplo y respetar. Me siento honrada, bendecida y satisfecha”, así se expresa con pasión de su carrera.
Esta es la segunda oportunidad en que la Arquitecta Aráuz asume el reto de dirigir Patrimonio Cultural, “la primera vez fue hace 16 años” señala. Y ahora en este nuevo período que asume el reto, dice emocionada “agradezco este espacio y les digo es muy satisfactorio, pero además trabajar por el patrimonio cultural es un reto diario… se trata de custodiarlo para que los mismos salvadoreños no atropellen los bienes culturales”. Lo que se busca es enlazar el patrimonio con el desarrollo del país. El patrimonio cultural es parte de la cultura, y la cultura es parte del desarrollo del país”. “Ahora con la pandemia estamos trabajando muy fuerte señala,” tenemos que apostarle a que la presencia del patrimonio cultural siempre se mantenga en las comunidades….recordemos que el patrimonio no son solo los sitios arqueológicos o los inmuebles con valor cultural, son todas las manifestaciones que nos dan la vivencia de lo que la mujer y el hombre salvadoreño ha producido a través del hilo conductor de la vida…” la vida va evolucionando cambiando y ese cambio lleva un eje conductual histórico, eso es parte de las manos y de la mente del conocimiento de los aceres y los haberes de la población y ahí están las mujeres presentes. Ahí está el rol de las mujeres, el rol de las mujeres es bien importante en el país. Al preguntarle por su nominación en la revista Forbes nos dice con mucha humildad: “Lo veo con mucha humildad, es un reconocimiento que me da fortaleza , y es un reto, fortalece los retos que tengo como persona, como trabajadora de patrimonio cultural, me siento orgullosa y se lo dedico a nuestro patrimonio cultural, que se ha visto afectado, en muchas ocasiones, atropellado, burlado… no es sano que nosotros hablemos de manera peyorativa sobre lo que es nuestra identidad, lo que forma parte de nuestra representatividad, memoria histórica; por ello dentro de este mundo globalizado es bien importante mantener el sello de lo que marca la huella de ser salvadoreño, ese sello se llama identidad. La identidad no la podemos perder, nos debemos sentir honrados y honradas”.
Considera que las mujeres en El Salvador, juegan un papel importante porque están liderando espacios y desarrollando capacidades. “Siento que donde se encuentre, en el nivel que se desempeñe, la mujer es una líder, siempre hay una mujer que está marcando brecha, que está posicionándose y dando fortaleza a las demás mujeres, en la empresa, en la política, en la sociedad, en cualquier posición de las áreas del conocimiento, y en todo nivel”. Hay evidencia de su paso en la historia, mujeres legisladoras, profesionales, lideresas, el cual hay que visibilizar. Hablar de Patrimonio Cultural es hablar de identidad, y esta es la que nos convierte en salvadoreños y salvadoreñas, la que nos da las potencialidades que nuestra tierra nos ha brindado. No debemos perder de vista que dentro de una sociedad globalizada es cuando más debemos trabajar el patrimonio cultural, que no es más que el reflejo de todo lo que ha hecho la sociedad salvadoreña mujeres y hombres, ahí está toda la riqueza, el bagaje que debemos verlo no solo enlazado con la parte material; sino también con la parte inmaterial, “el patrimonio cultural es la población salvadoreña”.
El reto es defender nuestro patrimonio. Estamos acercándonos a las comunidades, de la mano de la sociedad civil que nos busca para poder trabajar con los bienes comunitarios; ya que como dirección debemos defender el patrimonio local. Son bienes colectivos y debemos impulsarlos para que la comunidad se sienta parte de ese patrimonio, para que no sea solo el Estado el que se preocupe por su conservación, sino que la custodia y debe ser colectiva.
Hay muchas fundaciones, muchas organizaciones donde las líderes son las mujeres comunitarias, por ejemplo el caso de El Mozote, quienes lideran son mujeres, ese liderazgo es importante resaltar. Es la mujer trabajando por su comunidad, eso nos da más ánimo y fortaleza, entonces lo que tenemos que hacer ahí es unirnos, hacer eslabones, que van a darle fortaleza… por eso el trabajo de patrimonio es ser facilitadores para que este subsista y persista a través del tiempo. El reto es defender el patrimonio y pedirle a la ciudadanía, a las salvadoreñas y salvadoreños, que se unan a ese reto, es un compromiso social, es un compromiso colectivo, el patrimonio es de todas y todos. Es repito, lo que nos identifica y lo que le infunde fortaleza a nuestra memoria histórica.
Para la Arquitecta Aráuz, Las mujeres somos resilientes, “creamos nuestras propias oportunidades en medio de crisis, tiempos difíciles, y logramos recuperarnos, salir adelante, somos tenaces; eso sí… no debemos olvidar que ese valor y amor a la vida se lo debemos a Dios y debemos de agradecerlo siempre. El patrimonio cultural también es resiliente, yo me afianzo de los valores que nos representan a los salvadoreños, de esa fuerza, de ese ahínco que nos distingue; eso es salud cultural emocional a la memoria, al patrimonio”
